viernes, 18 de octubre de 2019

Domingo XXIX

Domingo XXIX durante el año

Entrada: El cansancio que nos hace bajar los brazos forma parte de nuestra condición humana. Necesitamos de la comunión de los santos, de la ayuda de los hermanos creyentes, de la oración de toda la Iglesia, para sostener nuestra súplica.
Nos ponemos de pie. Cantamos:

Colecta: Pidamos comprender que: "el combate de la fe" se juega en la oración, y en la comunión eclesial. Porque, quien persevera en la oración, persevera en la fe. 

1ª Lectura: La elevación de las manos de Moisés simboliza la elevación del alma y del corazón a Dios, y alude a la oración de súplica.
Escuchamos con atención.

2ª Lectura: Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia.

Evangelio: Ante la tentación del desánimo Jesús enseña que es necesario orar siempre, sin desanimarse.
Nos ponemos de pie. Cantamos el Aleluya.

Escúchanos, Señor
- Danos generosidad: para que compartamos la fe recibida...
- Danos constancia: para que oremos sin desanimarnos...
- Danos solidaridad: para que supliquemos por los demás...
- Danos confianza: para que esperemos tu victoria...
- Danos fe: para que nos apoyemos solo en Dios...

Ofrendas: Con los dones ofrecemos el propósito de orar sin desanimarnos.
Cantamos:

Comunión: Jesús deja el don de su cuerpo y sangre para fortaleza en el desánimo.
Cantamos:

Despedida: María Santísima, la discípula orante, nos acompañe en la práctica constante de la oración de súplica.
Cantamos:

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