Domingo XXXII

Domingo Trigesimosegundo

Entrada: En el evangelio la viuda pobre da todo lo que tiene, da su vida; se da a sí misma a Dios con su ofrenda.

    Jesús no mira la cantidad que damos sino el compromiso de cada uno con su ofrenda.
    Nos ponemos de pie. Cantamos:

1ª lectura: La pobre viuda de Sarepta ofrece al profeta lo que tenían ella y su hijo para sobrevivir un día más.
    Escuchamos con atención.

2ª lectura: Cristo aparecerá por segunda vez para salvar a los que lo esperan.

Evangelio: El evangelio nos invita a meditar sobre la diferencia entre el mirar de los hombres y el mirar de Jesús, entre el valorar de los hombres y el valorar de Jesús.
    Nos ponemos de pie. Cantamos el Aleluia.

Oración universal: Míranos, Señor.

1- para que como Iglesia proclamemos decididamente la Buena Noticia de la salvación...

2- para que no caigamos en una religiosidad falsa, motivada por vanagloria o codicia...

3- para que -como discípulos- aprendamos de tu mirada y valoración...

4- para que el próximo Sínodo nos ayude e incentive a caminar juntos...

5- para que pensemos en las enseñanzas que nos deja el Año de San José que finaliza...

Ofrendas: Con los dones ofrecemos el deseo de nunca mezquinarle nada al Señor.

     Cantamos:

Comunión: La eucaristía es una exhortación a la entrega generosa.

    Mientras se distribuye la comunión, cantamos:

Despedida: La Virgen María, que se entregó totalmente a Dios, nos ayude a ofrecernos en ofrenda humilde y generosa.
    Mientras nos retiramos del templo, cantamos: