Domingo XXXI durante el año
Entrada: Queridos hermanos: el amor compasivo y misericordioso de Dios para con sus criaturas no es signo de debilidad, sino manifestación suprema de su poder, de su señorío sobre toda la creación.
Nos ponemos de pie. Cantamos:
1ª Lectura: Dios ama a todos los seres; y castiga a los pecadores sólo por amor: para propiciar su conversión al amor.
Escuchamos atentamente la Palabra de Dios.
2ª Lectura: El apóstol pide a Dios que lleve a término -con su poder- la obra iniciada en los discípulos.
Evangelio: Algo cambió en Zaqueo: se ha convertido, ha sido transformado por el encuentro con el Señor Jesús.
Nos ponemos de pie. Cantamos el Aleluya.
Escúchanos, Señor
- Fortalece a la Iglesia: para la misión de anunciar el Evangelio...
- Ilumina a los gobernantes: para que sirvan al bien común con honestidad...
- Ayúdanos a comprender que tu poder está en perdonar...
- Danos la gracia de recibirte con alegría en nuestro corazón...
- Renueva nuestra existencia con tu visita redentora...
Ofrendas: Con los dones presentamos el deseo de estar siempre dispuestos para el encuentro con el Señor.
Cantamos:
Comunión: Con la eucaristía Jesús viene a nuestro encuentro, para renovarnos y fortalecernos.
Cantamos:
Despedida: María Santísima, que vivió un encuentro perfecto con Dios, nos ayude a recibir a Jesús en nuestra vida.
Cantamos:
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